Kaká

Cuando tenía ocho años, me trasladé a Sao Paulo, Brasil (de Cuiaba, Brasil) donde comencé a jugar fútbol. Siempre me ha gustado jugar fútbol.

Jugué para el equipo juvenil del Sao Paulo en el 2000. Estábamos a la mitad del Campeonato Juvenil Paulista cuando recibí una tarjeta amarilla. No podia jugar el siguiente partido, así que aproveché el fin de semana libre para visitar mis abuelos, que vivían en Caldas Novas en ese entonces.

“Estrellé mi cabeza con el fondo de la piscina y me rompí el cuello”

Mi hermano, mis papas, mis abuelos y yo fuimos a un parque acuático. Venía bajando en uno de los deslizaderos en la piscina, cuando estrellé mi cabeza con el fondo de la piscina y me rompí el cuello. En ese momento, no tenía ni idea de lo que había pasado.

Salí de la piscina con un fuerte dolor de cabeza, y mi hermano que me seguía en el deslizadero, me preguntó que pasó. Le dije que había golpeado mi cabeza con el fondo de la piscina. Vio que estaba sangrando y me convenció de ir al centro de primeros auxilios. De allí, fuimos al hospital donde me tomaron unos rayos x de mi cuello. De acuerdo a los rayos x, todo estaba bien. Me dieron unas pocas puntadas en mi cabeza y eso fue todo.

“Me dijeron que pude haber quedado paralizado”

Regresé a Sao Paulo para entrenar el lunes, así como el martes, y todo ese tiempo con el cuello roto. El Martes, llamé al entrenador y al preparador físico y les dije que no podía soportar mas el dolor. Me enviaron a ver un doctor al hospital donde me tomaron otros rayos x. Fue en estos rayos x que la fractura de la sexta vértebra se miraba. Todos, incluidos los doctores me dijeron que tenía mucha suerte de que nada mas serio hubiera sucedido. Me dijeron que pude haber quedado paralizado y perder mi habilidad de caminar y jugar fútbol. Yo creo que no fue suerte. Creo que Dios me estaba protegiendo de algo mas serio durante ese tiempo.

Muchos piensan que me volví cristiano después de éste accidente, pero eso no es verdad. Mis padres son cristianos y me criaron con valores bíblicos. El accidente ocurrió en Octubre del 2000 mientras jugaba una posición «base» en el equipo juvenil del Sao Paulo. En noviembre y diciembre usé un cuello ortopédico y no podía jugar.

“Creo que Dios tenía un propósito en ese accidente”

Comencé a jugar en enero del 2001, y después de 10 ó 15 días, me llamaron para jugar con el equipo profesional de Sao Paulo. Por esta razón, creo que Dios tuvo un propósito en ese accidente. Es algo que sucedió apenas antes de que tuviera la gran bendición de comenzar a jugar profesionalmente con el Sao Paulo e iniciar mi carrera como jugador profesional de fútbol.

Como ya lo mencioné, mis padres siempre me enseñaron la Biblia y sus valores así como Jesucristo y la fe. Yo no tengo una experiencia específica de conversión, pero poco a poco, me detenía a escuchar lo que la gente hablaba acerca del Jesús y que mis padres me habían enseñado; llegó un período de tiempo cuando quería vivir mis propias experiencias con Dios. Una de estas experiencias con Dios fue cuando fui bautizado a la edad de 12. Éste fue un paso muy importante en mí caminar con Jesús y muy pronto muchas cosas comenzaron a pasar en mi vida donde podía experimentar a Dios en una manera real.

“Todo lo que tengo, se lo agradezco a Él”

Necesito a Jesús cada día de mi vida. Jesús me dice en la Biblia que sin Él no puedo hacer nada. Tengo hoy el don y la capacidad de jugar fútbol porque Dios me lo dio. El día que Él quiera que haga otra cosa, hare ese “algo más” y es por eso que necesito a Jesús cada día de mi vida. Soy exitoso en mi vida financiera y profesional, pero todo esto ha venido de Dios y es un don de gracia de Él para mi vida. Todo lo que tengo, se lo agradezco a Él.

La diferencia que Jesús hace en mi vida es que ahora sé que siempre tendré victoria, gozo, y éxito. Esto es independiente de la situación que enfrente o que enfrentaré. Esto me da una gran paz.

“Soy un triunfador y un victorioso porque Jesús vive en mi vida”

Usualmente le digo a la gente que me pregunta, que la Biblia es el manual del propietario que siempre viene cuando compras un producto. Contiene todo lo que necesitamos. Me hace feliz el leer la Biblia todos los días, estudiarla y tener comunión con Dios y aprender mas y mas de Jesús.

Ganaré muchos partidos y también perderé muchos partidos, pero se que en todo esto, Dios tiene un plan. Es por esto que trato de entender el plan de Dios para mí en cada momento, de tal forma que puedo tener paz en los momentos de presión. Todos queremos ser ganadores, pero para mí, el verdadero significado de un ganador es tener a Jesús en mi vida. Es una vida de oración, una vida de intimidad y compañerismo para siempre, sabiendo que Dios es nuestro Padre. Puedo decir que soy un ganador y victorioso porque Jesús vive en mi. No, nunca pararé de seguirlo.

Acerca de Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo en Paraguay
Somos una organización cristiana llamada a ayudar a cumplir la Gran Comisión dada por nuestro Señor Jesucristo a sus seguidores, en todas las generaciones.

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